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viernes, 5 de marzo de 2010

Amigos por el viento - Liliana Bodoc

Hola blogeros!!
Hoy les traje un cuento qe me encanto!. Espero qe les guste .
Beso Maruu :

Caramelos de Fruta y Ojos Grises - Liliana Bodoc
Capítulo Uno.
Ellos vendìan caramelos de fruta en los bares. Y, algunas veces, estampitas de La Virgen. Pero las estampitas no eran para vender si no para pedir COLABORACIÒN.
Aunqe la verdad es que resultaba mejor con los caramelos.
Y mucho si los ofrecìa MAGUI., porque era chiqita y tenìa OJOS GRISES.
A Tomas la calle le habia enseñado que los OJOS GRISES, vendìan mas que los MARRONES.
Los dos hermanos tenìan su clientela fija: viejos hombres de bar que compraban caramelos y los olvidaban en sus bolsillos. Los viejos hombres de bar no podìan comer caramelos porqe tenìan la BOCA OCUPADA CON CIGARRILLOS NEGROS Y PALABRAS PARA ARREGLAR EL MUNDO.
Tomas solìa pensar que, cuando los bares ceraban, los viejos hombres permanecian a medio terminar, la palabra a medio pronunciar y la taza de cafe a mitad de camino en la mesa y los labios. A la mañana siguiente, el sonido de la persiana metàlica los ponia en funcionamiento.
Era sàbado... TOMÀS Y MAGUI, terminaron de vender sus caramelos mucho antes de lo acostumbrado. ¡BUENA SUERTE QE LAS PERSONAS ANDUVIERAN CON GANAS DE MASTICAR AZUCAR!
Los niños empezaron a caminar hacia la estación de trenes. Cada una hor, salía el tren que los dejaba mas alla de los suburbios industriales. En un lugar donde las calles no tenian nombre y las casas no tenian vidrios.
Tomas iba pateando la cajita de cartonvacia donde habian estado los caramelos. De pronto, Magui se detuvo.
- ¿Que hay? - pregunto su hermano.
Magui señalo en direccion a la plaza que tenia juegos.
- Quiero ir al tobogan- dijo
- Mejor nos vamos- contesto Tomas, pensando que llegaba a tiempo para jugar un rato a la pelota.
Magui sacu´dió la cabeza para decir que no, que por favor, que fuera bueno. Magui sacudiò la cabeza, y su hermano entendió PORQE LA GENTE LE COMPRABA CARAMELOS.
- Esta bien... -aceptó.
Era sábado, y mediodia de otoño. La plaza estaba casi desierta. Solamente había un niño, con una mujer que la cuidaba.
Magui corrio hasta el tobogan. Tomàs, en cambio, se sento en un banco de cemento. El ya estaba grande para esas cosas. Tenia ganas, pero mejor que no. Porqe si llegaaba a verlo algun otro de la calle le iba a gritar de todo; y encimaiba a andar diciendo que Tomas era nena.
Tomás se acurruco en el banco, del lado del sol. Tanteo la bolsita que su madre le ataba a la cintura, debajo de la ropa, para que guardara la ganancia. ¡Que suerte que ese sabado las personas anduvieran con ganas de masticar AZUCAR!
Magui se deslizaba por el tobogan agarradita de los costados. Y claro, era chiqita. No iban a comprarla con el que se tiraba con un envion, daba una vuelta completa en el suelo, y se levantaba sin apoyarse en las manos!.
El sol de OTOÑO a la hora de la siesta era como un ZUMBIDO.
Ahi estaba Magui, subiendo de nuevo la escalera del tobogan. Ahi estaba el chico con su abuela.
Tomas no queria dormirse, pero el SOL queria que se durmiera. Lo envolvio en una manta con olor a aire libre, le trajo buenos momentos y sueños desde alla arriba. Y en pocos minutos, LE GANO LA PELEA!.
Dormido hecho un ovillos, Tomas estuvo soñando cosas lindas. Sueños muy distintos a la vida. Tan pero tan distintos como unos OJOS GRISES de unos OJOS MARRONES.
Sin embargo, no debio dormir mucho tiempo. PORQE CUANDO DESPERTO, el sol ya estaba en el mismo lugar, y los pinos de la plaza tenian la misma altura. Lo unico diferente era que el niño y su abuela se habìan marchado. Tomas se restrego la cara y miro el tobogan: MAGUI NO ESTABA!.
Llevaba vendiendo algunos años caramelos por los bares; mas precisamente la mitad de su vida.
Y habia aprendido que en las calles nada desaparece PORQE SI.
- ¡MAGUI! - llamó - ¡MAGUI!.-
Lo primero que hizo fue recorrer la plaza por si a Magui le habia dado por esconderse atras de algun arbol. PERO NO. A lo mejor, detrás de los arbustos podados con forma de paraguas. Tampoco...
El monumento era un buen lugar con caballos y todo. Seguramente Magui estaba calladita detras de un soldado. Tomas miro los rostros de aquellos militares de metal a ver cual de todo aguantaba la ria para descubrir el escondite.
Dio una vuelta completa al monumento , CON LOS DEDOS CRUZADOS Y EL CORAZÒN GOLPEANDO FUERTE. Pero Magui tampoco estaba alli .
Tomas miro hacia todos lados. Nunca la ciudad le habia parecido tan grande. Tal vez por eso, el eligio las calles familiares.
En su esqina de siempre, encontro al lustrabotas que los conocia.
- Don, ¿no la vio a la Magui?-
- ¿A tu hermanita? - encongio los hombros - No


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